Fernando Ruiz Halcón (1969) con el seudónimo artístico de Rh. Desde su infancia se aprovecha de su escuela de negocios para el dibujo y su gran imaginación. Con la intención de encontrar una manera personal para comunicar sus preocupaciones artísticas distintivas, estudio en la Escuela de Artes Aplicadas de Madrid (España) y más tarde, en 1989, se incorporó a la Facultad de Bellas Artes, donde desarrolló su naturaleza artística en gran medida influenciado por el arte gráfico.
A través de su personal forma de comunicación artística, Fernando nos ofrece una mirada interesante en el entorno social actual y de nuestra propia individualidad. Sus obras, enviadas a través de decenas de recortes de papel mezclados con la pintura y la habilidad para el dibujo, nos muestran las verdades que todo el mundo sabe y se acepta tácitamente y tranquilo, y nuestros miedos, el poder sexual y económica o los movimientos irregulares tales como la masa social que no surge, dejando a los demás que surjan en nuestro lugar y nuestras propias actitudes personales que se venden como libres.
El collage o en este caso describe mejor como el fotomontaje deconstructivo en el que se gestiona el documento como manchas de pintura, junto con unos pocos trazos de acrílico, lápices de acuarela o si el trabajo es tan preciso, se refleja y de alguna manera se sienten parte de esta pieza de carácter contemporáneo obvio.
La obra, tanto pictórica y gráfica, es para estar presente en las palabras del autor, como un espejo que refleja nuestros "monstruos" que se establecieron el proceso artístico como un medio de la exoneración, sino también el reconocimiento catártico. La madurez tiene un precio y no sólo el momento en que el proyecto de ley es, sobre todo, la aceptación de nuestra propia vitales y grotescos, inevitablemente, también forma parte de nuestra naturaleza humana frágil.
Los temores más comunes, preocupaciones compartidas en la masa social al que pertenecen cada uno de nosotros y alimentar a los pasajes de su iconografía. La intervención de la cosecha, el tratamiento tradicional de la debilidad material de reciclaje como papel, lo que representa la fragilidad.
Sus personajes gritan en busca de una identidad perdida, se presentan como actores accidentales en el escenario, en situaciones que nunca aceptó libremente, de los cuales, incluso asesinos, nunca son inmunológicos.
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